"Los que odian" ("Haters"), por Laurell K. Hamilton


Te odiarán. Alguien, en algún lugar, alguna vez, te odiará. Va a ocurrir en algún momento de tu vida, probablemente varias veces. No podrás ser lo suficientemente amable, o lo suficientemente bueno, o dar el suficiente miedo, o ser lo suficientemente bravucón, para impedirles que te odien.
¿Por qué te odiarán? Hay tantos motivos. Aquí hay sólo unos pocos.
Puede que te odien por el color de tu piel, por tu orientación sexual, porque eres más guapo de lo que son ellos, porque eres más feo que ellos, más popular, menos popular, por tu religión, por tu falta de religión, porque tienes más éxito que ellos, porque tienes menos éxito, porque eres mejor atleta  de lo que ellos podrán ser alguna vez, porque eres peor atleta de lo que ellos son ahora, porque dejaste caer una pelota, porque atrapaste una pelota, porque anotaste un touchdown, porque estropeaste un touchdown, porque escribes mejor de lo que ellos podrán escribir alguna vez, porque tienes una familia feliz y ellos no, porque estás casado y ellos quieren estarlo, porque eres soltero y ellos quieren serlo, porque tienes niños, porque no los tienes, porque tienes una casa más grande que la suya, un mejor trabajo, porque no tienes trabajo, porque tienes mucho dinero, porque tienes muy poco, porque tu gramática no se adecúa a sus estándares, porque eres más alto, más bajo, porque eres demasiado chillón, porque eres de voz suave, porque estás teniendo más sexo que ellos…  La lista no termina nunca.
No dejes que ese odio te desanime, o te detenga de hacer lo que necesitas hacer, simplemente hazlo, sé tú mismo, y déjales que te odien.
Te odiarán sin importar lo que hagas, sólo no dejes que ese odio, esa envidia, ese celo, haga nada, si no que hazte saber que tú eres tú, y  puesto que la única cosa que puedes ser es ser tú mismo, déjales que te odien. Déjales que se mueran de envidia. Déjales que se ahoguen a sí mismos en sus sentimientos de incapacidad, de incompetencia, que proyectan sobre ti. Deja que su envidia les ciegue en su verdad superior. Deja que su odio hacia sí mismos te use a ti como sustituto. Deja que el miedo limite su mundo y destruya su posibilidad de ser felices. Sabe que al final el odio sólo trae amargura y fracaso. No les odies tú también, porque entonces les pertenecerás. No les des ningún poder sobre tu vida. No trates de entenderles, porque si estás haciendo lo que más quieres hacer, siguiendo el camino más grande y mejor para tu vida, no tendrás tiempo para odiar, estarás demasiado ocupado viviendo.




Traducción al español de la entrada (post) de Laurell K. Hamilton en su blog personal, titulada "Haters" ("Los que odian"). 

Sin intención de infringir el copyright del texto. Todo esto pertenece a su autora, y las opiniones y afirmaciones ahí vertidas son suyas y únicamente suyas. Ésta es una traducción amateur, con lo que cualquier fallo que podáis encontrar es, muy posiblemente, sólo mío. Y, puesto que es una traducción imperfecta, se agradece de corazón cualquier ayuda o crítica que pueda mejorarla.
Gracias por leer, :D


Spanish translation of Laurell K. Hamilton's post, titled "Haters", at her blog.

No copyright infrigment intended. All of it is owned by its author, and the opinions and statements expressed here are hers and only hers. This is an amateur translation, so any mistake is, mostly sure, mine. For that reason, any help to improve this translation will be highly appreciated. Thanks for reading! :D






Yo: "Estoy pensando en traducir al español la última entrada de Laurell K. Hamilton en su blog. Tan buena como siempre. ¡Gracias por compartir tu opinión, Laurell!"

Laurell K. Hamilton: "Me siento honrada de que vayas a traducirlo. Un montón de gente ha dicho que el blog les ayudó con su negatividad en la escuela, en el trabajo, en la familia."


Comentarios